viernes, 11 de diciembre de 2009

Martha Heredia, Gano.


POR CARLOS DIPRE

*EL AUTOR es músico popular. Reside en San Cristóbal.

La primera vez que vi a esta niña cantando una canción clásica, mis ojos se humedecieron para nublarse, porque la emoción me azotó el alma y los pelos de mi cuerpo se pararon en piel de gallina. Pero me quedé tranquilo en la silla, para disimular la alegría, y de ese modo no darle mucha cuerda a mi corazón y complicarlo.
Pero lo que sentí, no fue porque vi a una dominicana cantando bien. Quien cante bien es lo que más se puede encontrar en cualquier lugar del mundo. Cada vez que he tenido a un cantante o una cantante en nuestra
agrupación, lo primero que le digo es: un cantante es el único actor de la obra que canta.

Por ésto el cantante tiene la responsabilidad de meterse en la canción para entenderla y vivir la obra que canta y de ese modo poder transmitirla como Dios manda y como lo soñó el compositor. Para que el público se identifique y se comunique con ella.

Uno de los más graves problemas que confrontan nuestros artistas jóvenes, es la falta de un desarrollo personal, para usar bien la herramienta que da el talento en el arte. Cuando tuve la oportunidad de que los ensayos de nuestra agrupación Detalle, se realizaran en la universidad de Berklee en Boston, Mass., por la gran cantidad de músicos nuestros que estudiaban en ese lugar, tuve una reflexión en esa escuela de dioses talentosos de todo el mundo, para entender por qué lo nuestro no ha volado más alto en los mercados internacionales.

En ese ambiente académico, vi la realidad de los que nacieron aquí en el sitio. Lo vi en carne viva. Entendí que al talento hay que vestirlo de algo más que no sea solo arte. No basta ser talentoso. Eso ha sido nuestra fatalidad en nuestro mundo artístico. Cuando vemos en la televisión los familiares de Martha Heredia, se le ve en la gracias a una familia amorosa que no crió a lo loco. La sencillez de ella lo dice todo.

Cuando usted se tropiece con músicos o artistas comparones, no se lo tome en cuenta. Perdónelo, que es su poca preparación humana lo que lo lleva a ese comportamiento. Los artistas puros no se hacen pipi encima
de su público. Porque ni los animales irracionales la hacen donde comen. Piense que usted como público también es un artista. Sin su apreciación no hay arte. Sea como publico humilde, pero tenga su valor. No le haga coro a la altanería, que mas Pa’ bajo viven artistas como Martha, con expresión humilde y mucha calidad.

Cuando vi a Martha cantando lágrima negra, por unos segundos me perdí en las grandes salas de espectáculo de Broadway en Nueva York. Y hasta vi a la Lupe de Cuba desandando en el cuerpo de esta niña. Vi en ella
lo que ha sido mi critica a muchos cantantes nuestro que adoramos con el alma.

Cantar bien no es suficiente. El cantar, como hemos dicho, es una herramienta pero para que sea efectiva se necesita que el que la utiliza sepa usarla. Con esta Cibaeña, el mango se va a tener que guayar de nuevo. Muchos cantantes van a tener que reinventarse para empezar de cero. Porque creyeron que el cantar es un altar al que el publico tiene que subir a rendirle culto. El que canta es un ángel con melodía, que tiene la responsabilidad artística de recorrer el corazón del público para fascinarlo sin ínfula, sin creerse. El buen cantante es un servidor del alma para llevarle paz.

Con Martha habrá una revolución en los escenarios dominicanos y grandes de muchos lugares del mundo y será de consecuencias predeciblemente buenas. Ella es como esa luz de esperanza que aparece en el túnel de los pueblos que se manejan a oscura. Y aparecen para decir: no lo hemos perdido todo. Nos vamos a extra ining.

Ahora lo que falta es mantenerla alejada de los buitres. De los que quieren siempre estar cerca de los santos para arruinarlos. Lo que no soportan el brillo ajeno.

Cuidémos de ella, para que los malos espíritus se mantengan lejos de ella y No le manoseen la venta. Cuidémos, de los que buscan fama y fortuna a costilla de los que tienen talento y son sanos.

La batalla de Martha aun no ha comenzado. La más difícil de ganar viene por ahí, luego de que gane en ese evento. Pero de todo modo la suerte esta echada. Yo apuesto por ella y la República Dominicana.

¡Que viva el arte sin bacinillas viejas!.
Y si en nuestro trayecto como pueblo, hemos sido capaces de votar por tanto disparates, ¿Por qué no votar por Martha Heredia, para que el orgullo dominicano vuelva a ser lo que fue, una vaina bien? Llame al 43657 y ponga Martha. Brindemos y votemos Por ella, que pagara bien.

¡Sácala a bailar!

diprecarlos964@gmail.com

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