Es un dicho muy común que “en política se hace lo
que convieneÖ” De la interpretación académica y moralista, sin embargo, se
infiere que en el ejercicio político a nuestra usanza los escrúpulos hace
rato se fueron de vacaciones.
La visita del expresidente Hipólito Mejía a Danilo
Medina en el día ayer, tiene diversas interpretaciones. Una lectura es que el
gobierno trata de establecer consenso para la nueva ley electoral y de
partidos políticos.
Con el mismo propósito Danilo Medina visitó el
domingo en su villa de Casa de Campo al presidente del Partido Reformista,
Carlos Morales Troncoso, y también se reunirá con el presidente del PRD,
Miguel Vargas.
Hay, no obstante, una cuestión de orden, de
jerarquía, de autoridad partidaria, que en el caso del PRD ha creado desazón
y hasta celos por cuestión de principalía.
Nadie puede negar que Mejía es el líder de uno de
los grupos del PRD, pero también lo es Miguel Vargas, el presidente del
partido, y se supone que en tal condición debió haber sido llamado primero
que a nadie a una reunión de esa naturaleza.
En el caso, claro está, de que la iniciativa haya
sido del Presidente Medina. Porque hay otras versiones...
Nada fortuito
Desde hacía tiempo Mejía venía buscándole el lado a Danilo. A veces de forma muy mal disimulada.
Se sabe que el encuentro “casual” de ellos dos hace
tres semanas en el velatorio de un diputado reformistaódonde hicieron un
aparte para tratar algunos temasófue provocado por Mejía, pero previamente se
le informó a Medina que esa “coincidencia” se produciría.
El grupo de Hipólito había discutido la conveniencia
de una reunión pública entre ellos dos con el doble propósito de erigirse en
vocero válido del PRD y al mismo tiempo atenuar un poco sus malquerencias con
el gobierno.
El objetivo final es neutralizar a Danilo sobre los
eventos próximos a producirse a lo interno del perredeismo, con una
convención evidentemente ilegítima convocado para el 23 de julio.
En su habitual desenfreno, en tono de chiste, Mejía
le dijo a Medina que un hombre suyo ñde Daniloñ en el Superior Electoral, a
quien citó por su nombre, se había confabulado con otro juez de ese tribunal,
que también citó por nombre, para conformar la mayoría que le ha
desfavorecido con tres fallos sobre el conflicto de su partido.
Danilo le aseguró, como en efecto ha ocurrido, que
él jamás ha intervenido para nada en el conflicto interno del PRD. Ahí se
programó la reunión de ayer en Palacio, donde Mejía no acudía desde que
entregó el poder en agosto de 2004.
El tema ahora se torna embarazoso para la parte
institucional del PRD porque ese encuentro de ayer le dio preminencia a Mejía
sobre Vargas, quien deberá analizar profundamente las condiciones en que
celebrará un eventual encuentro con Medina.
Sus acompañantes
Junto a Hipólito fueron a ver al Presidente Milagros Ortiz, Orlando Jorge Mera, Geanilda Vázquez, Sonia Guzmán, sus hijos Ramón y Carolina y su cuñado Sergio Grullón.
Milagros es la que lleva el tema de la ley de
partidos políticos por el grupo de Hipólito, y eso explica que fuera ese el
tema central de la conversación.
El único que ha salido ganando con la reunión de
ayer en Palacio es Mejía porque su aparición al lado del Presidente Medina le
agencia un protagonismo opositor que no había logrado a lo interno de su
propio partido. A pesar de que hace mucho se declaró “líder de la oposición”.
El gobierno, en cambio, aparece aunque sea
momentáneamente cortejando al más rabioso opositor del líder del PLD, Leonel
Fernández, a quien dos días antes de la reunión de ayer Mejía calificó con
los peores epítetos y reiteró que de haber llegado al poder en agosto pasado
habría ordenado su prisión.
Por eso hay que retomar la frase tan poco ortodoxa:
“En política se hace lo que conviene...”
...Pero jamás lo que le conviene al contrario, como
parece ser el caso. Porque ahora hay dos resentidos: Leonel y Miguel.
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jueves, 11 de abril de 2013
FUERA DE CÁMARA** La visita de Hipólito a Danilo
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