Orlando Gil, escribio en el listin diario.
LOS ELEFANTES.- Juan Gabriel Vásquez, colombiano, escribió una novela premiada en España e Italia cuyo título sirve como anillo al dedo a la actual situación del PRD. Situación, que contraria a lo que creen analistas y observadores, no es el final del mundo. Es menos, pero mucho menos catastrófica. Como la obra de Vásquez, es El Ruido de las Cosas al Caer. El impasse pudo haber empezado como todo el mundo conoce, y puede terminar de la manera más increíble, pero no hay dudas de que en el entretanto van cayendo cosas y esas cosas hacen ruido al caer. ¿Qué fue la reunión de los seguidores de Hipólito Mejía en el club Los Prados que no fuera ruido de cosas al caer? Hubo gente que tomó la palabra, pero la palabra nunca la tomó a ella, y dio risa oírla en televisión sin que se entendiera nada, pero pena verla en el lugar de los hechos. “¿Fulano estaba tragueado? -- ¿Por qué? ñ Tenía la voz estropajosa ñ ¿Quién sabe? A esta altura del juego todo es posible”. El PRD de estos días, o uno de sus bandos, se parece cada vez más a un cementerio de elefantes. Hay que suponer el ruido de un elefante cuando cae...
LOS ESCENARIOS.- Hablo del encuentro de los seguidores de Hipólito Mejía, porque fue un escenario más apropiado para entender las dificultades del PRD. Los medios, sin ningún tipo de disimulo, califican al grupo como la principal fuerza del PRD. Hubo un CEN aquí y un CEN allí, sin entrar a considerar los aspectos legales. Es más, prefirieron la reunión del club Los Prados que la del coliseo Teo Cruz, y la razón no hay que ir a buscarla a Nueva Zelanda. Fue el Ruido de las Cosas al Caer. Mientras en el coliseo nada cayó, y ruido, si hubo, fue escaso o inaudible; en el club, además de alboroto, hubo sofocación. Y nuevos episodios. El circo de Vargas fue con animales amaestrados, el de Mejía, al parecer, con fieras sueltas. O mejor con señores de la guerra, si se cuenta lo sucedido después. Los catorce o quince discursos no fueron suficientes como desahogo, o entre quienes no acudieron a ninguna de las convocatorias había cosas pendientes y era necesario que hicieran sus propios ruidos. Enmanuel Esquea Guerrero y Tony Peña Guaba...
LA GALLETA.- La historia empezó a circular como ocurre siempre con los pleitos del PRD: con el hecho cierto pero los datos imprecisos. Corrió como la pólvora de las películas: con efectos especiales, y cuando vinieron a aclarar el fuego iba lejos. Que Esquea Guerrero le había dado una galleta a Guido Gómez Mazara. ñ ¿A Guido? ¿Tú estás seguro? ñ Es verdad que Gómez Mazara ya no es el muchacho tipo de tanque de antes, y que esa operación ñ por estética o salud -- lo rebajó más de la cuenta y ahora parece un convaleciente. Pero Esquea Guerrero, por muy frenético que se le pinte, podría confundirse de cuadrilátero, pero nunca de boxeador. Ya se sabe que no hubo agresión, sino intercambio duro de palabras entre Esquea Guerrero y Peña Guaba, y que Gómez Mazara solo participó como apaciguador. Impensable en otros tiempos, pero ahora hace de monseñor Agripino Núñez Collado mediando entre partes, adentro y afuera, y hasta defendiendo a Andrés Bautista, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez. ¡Qué entre perredeístas te veas!...
ADENTRO.- El incidente es importante, porque es una lucha nueva que se libra en el interior del grupo de Hipólito Mejía entre los intransigentes y los pragmáticos. Los que se resisten a la división del partido y los que quieren imponer sus posiciones a sangre y fuego, pero temiendo la sangre y por igual el fuego. Lo mejor de todo es que los pragmáticos son los jóvenes del partido, el liderazgo emergente, y los intransigentes capitanes sin tropa que se niegan al retiro. Los jóvenes advierten ahora lo que era evidente desde el principio. El problema no es el partido en manos de Miguel Vargas, sino la dificultad en hacerse con posiciones de dirección y de candidaturas. Si Mejía sale del escenario, y acepta el destino de elefante, y deja de ser árbol que da sombra ¿con qué o cómo podrán algunos de sus actuales conmilitones acceder a puestos de dirección o candidaturas? Esa es la gente que boicotea los posibles entendimientos, y habla de indignidad y de claudicación, cuando son los primeros indignos y claudicantes. Ese es el ruido que se oye en el PRD: el de las cosas al caer...
Romado del Lintin Diario Angel Sanchez.
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