POR ALVARO ARVELO HIJO*
*EL AUTOR es periodista. Reside en Santo Domingo.
El notable escritor colombiano Gabriel García Márquez, uno de los 5 latinoamericanos ganadores del premio Nobel de Literatura y uno de los 10 de lengua hispana que lo han obtenido, dijo hace unos 20 años que procedía la legalización de la droga.
Le dijeron hasta barriga verde al ilustre autor de “100 Años de Soledad”, pero igual reacción hubo en nuestro país cuando un periodista hizo igual planteamiento.
Aquí hubo una reacción llena de soberbia, autoritarismo, irreflexión, medalaganismo, emotividad; vacía y sin análisis que apoyara la posición contraria.
Todo el que apoyó al maravilloso autor colombiano y al distinguido periodista criollo, recibió por igual una tanda de pelas de lengua, acusaciones superficiales, rechazos chatajistas y un sinfín de epítetos y mediocridad.
Con el correr de los años, varios distinguidos psiquiatras y sicólogos de diferentes países, reunidos en un país suramericano, apoyaron la sugerencia de legalizar las drogas, basando suposición en un estudio serio, equivocado o no, y no en un simple No o en una posición vacía, negativa, sin base y llena de intolerancia y lenguaje paupérrimo.
Y como si todo lo anterior fuera poco, los premios Nobel de medicina apoyaron la idea, siempre con planteamientos, que usted puede compartir o rechazar, científicos, sobre la base de estudios y análisis y no reaccionando de manera corta, pobre, aclichezada y hasta sin la menor estadística ni el más mínimo porqué de su rechazo.
El tema es profundo, complicado, delicado, interesante, polémico, digno de un amplio estudio serio y un debate amplio abierto, tolerante, razonable, detallado y con una base genuina a favor y en contra.
Bueno, el caso es que el conocido y prestigioso pastor Ezequiel Molina, hablando en una multitudinaria manifestación evangélica con motivo del inicio del año 2010, propuso que… ¡la droga sea legalizada!
El destacado predicador, de verbo sólido, culto y moderado, expuso varios puntos a favor de su propuesta, que no sé si los conocidos intolerantes también procederán a insultarlo como lo hicieron con Gabriel García Márquez y con el periodista dominicano que, por cierto, no es el señor Arvelo.
En lugar de estar rechazando las cosas sin base y de manera antojadiza, lo que hay que hacer es convocar una mesa redonda simposio, conferencia, etcétera, para analizar, ponderar, estudiar, profundizar, sopesar, etcétera, tan delicado tema.
¡Adelante, sin hacer caso a los intolerantes!
*Reproducido de El Nacional
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