lunes, 18 de febrero de 2013

Declaración de Leonel provoca aspaviento


Por CESAR MEDINA
No es la primera vez que Leonel lo dice,  pero ahora se oyó más lejos, retumbó en el Palacio y el eco dejó a la “sociedad civil” y al liderazgo político de oposición rascándose como puerco en javilla: ¡El PLD gobernará los próximos 20 años!
Y como ha de suponerse que ese conteo comenzará en el 2016, estaríamos hablando de que los peledeístas gobernarán por 36 años, 34 de ellos en el presente siglo, mucho más que Trujillo y como nadie jamás en la historia dominicana. Para esa fecha Leonel tendrá apenas 83 años, once menos que Balaguer cuando fue candidato por última vez en el 2000.
El expresidente Fernández no había terminado bien la frase cuando Miguel Vargas, presidente del PRD, dio unas declaraciones apresuradas señalando tal imposibilidad. No atinó a aclarar el dirigente opositor cuál es la alternativa electoral... Porque en las actuales circunstancias a nadie se le ocurre pensar en el PRD.
No hay duda de que Leonel es un hombre oportuno en la política, donde radica su éxito. Aprovechó un escenario en la sede de su partido en el que no estaba supuesto a aparecer... Y sorprendió a todo el mundo con un discurso que se bastó por sí mismo para llevar aliento a un partido en lógico reflujo en los últimos seis meses.
Lució una arenga de trinchera más que el anuncio de la celebración del cincuenta aniversario de la ascensión de Bosch al poder, en un año cargado de efemérides políticas relacionadas con el líder histórico peledeísta, independientemente del bicentenario del nacimiento del Padre de la Patria, que mantendrá ocupado al PLD por lo que resta de año y los primeros meses del 2014.
Ya antes Leonel había vaticinado larga vida a los regímenes peledeístas, pero jamás sus palabras causaron tanto aspaviento como ahora. ¿Será porque nunca antes las condiciones de tales vaticinios lucieron tan halagüeñas, sin alternativa en el horizonte...?
Bastaría echar una ojeada a la oposición política para comprender que Fernández talvez no ande muy descaminado en su proyección electoral, la razón justa para considerar sus palabras como una afrenta y una temeridad inoportuna, por innecesaria, ya que pone el dedo en la llaga aún sangrante de los grupos que confirman los propósitos peledeístas de eternizarse en el poder vía el partidismo único.
El doble pespunte
Es probable que Leonel no haya alcanzado a dimensionar bien su expresión del pasado viernes en la noche. A menos que se le busque un doble pespunte, como se dice en sastrería.
Asegurar que el PLD permanecerá otros 20 años en el poder luce una imprudencia. Sobre todo, porque justo cuando hablaba los noticiarios de televisión difundían las imágenes de lo que quedó de la Casa Nacional perredeísta, recibida horas antes por el grupo de Miguel Vargas que mostró a la prensa los destrozos causados por la horda incivil que la asaltó el 27 de enero para impedir que una reunión de su máximo organismo confirmara la expulsión del expresidente Hipólito Mejía.
A menos que el propósito fuera la necesidad de reafirmar la fe de los peledeístas en su liderazgo hegemónico y reavivar la esperanza de su retorno al poder, lo cual habría que analizar en otra vertiente que debería causar honda preocupación en el leonelismo más ortodoxo.
Sólo esa necesidad pudo haber movido primero la presencia no programada de Leonel en el acto del viernes y luego el remache de una expresión que él sabe bien causa perturbación en amplios segmentos de la comunidad política porque le quita el sueño a los grupos de la sociedad civil –igualmente politizados y tendenciados– que lo ven como el “caudillo del quitipón” de los nuevos tiempos.
En cualquier caso Fernández lanzó un buscapiés que no acaba de caer...
En el Palacio su expresión causó alarma y extrañeza por lo innecesario que resulta alborotar las avispas del panal propio cuando el enjambre de la oposición sigue en el aire sin hallar covacha. Con mayor vera al chequear las encuestas y confirmar que la popularidad del Presidente Medina anda por las nubes.
Es este último escenario lo que vendría a justificar, desde el punto de vista político, la expresión continuista de Fernández. Y eso tiene que causar preocupación en el leonelismo más comprometido. Porque en ese caso habría que ir pensando seriamente que su liderazgo está cuestionado a lo interno del PLD.
Otra imprudencia
Parece ser que algún genio perredeísta le sugirió a Miguel Vargas que le respondiera a Leonel cuando todavía se ignoraba si la pelota caería de foul. Y él lo hizo en innecesario afán de protagonismo. Como si en el PRD la competencia fuera demostrar cuál es más anti-leonelista, si Hipólito o Miguel.
Las improvisaciones en política no son buenas consejeras... De haberse detenido a pensar un poco, Miguel habría dejado que la pelota rodara en zona foul y golpeara al coach del mismo equipo. Pero al meterle la mano enguantada provocó una interferencia que el árbitro cantó de inmediato y Leonel pudo retornar a la base sin ningún contratiempo.
Leonel Fernández es de los políticos que cometen pocos errores, sobre todo estando a la defensiva. Y como corredor, no es fácil agarrarlo fuera de base. Si sus escasos errores no son capitalizados, es muy difícil ganarle el juego. La imprudencia de Miguel le puede costar el partido...
Es probable que para Leonel, con 12 años de Presidente, veinte años no sean nada... Para Miguel, con 12 años “halando aire”, tres palabras pueden ser demasiadas. ¡Sobre todo con un partido tan voluble y susceptible a la camorra interna!

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