Fort Worth (Texas, EEUU), 21 may (EFE).- El
veterano toletero dominicano Julio Franco demostró que a sus 55 años
todavía puede hacer contacto con la pelota al pegar un imparable en su
vuelta al diamante.
Franco, que brilló en las Grandes Ligas al ser
elegido tres veces al Juego de Estrellas, se fue de 3-1 con una base por
bolas y una carrera anotada durante el partido que disputó la pasada
noche con su equipo de los Cats de Fort Worth de la Liga Independiente
Unida.
El partido fue el primero de Franco en su vuelta a la competición activa desde que se retiró en el 2007 a la edad de 49 años.
Franco además también es entrenador con el equipo de los Cats que comenzaron una serie de locales de nueve partidos.
Cuando tenía 49 años, Franco era el jugador activo
de más edad en Grandes Ligas y jugó su último partido en las Grandes
Ligas, donde estuvo 23 temporadas, con los Bravos de Atlanta.
Con su vuelta, Franco ha jugado béisbol profesional en cinco décadas, desde que empezó en las menores en 1978 a los 19 años.
El veterano pelotero dominicano estuvo con ocho
equipos diferentes de Grandes Ligas desde la temporada de 1982 al 2007,
además de participar también en las ligas profesionales de Japón, México
y Corea del Sur.
Durante las 23 temporadas que jugó en las Grandes Ligas, Franco consiguió 4.200 imparables.
"Volver a jugar es un gran logro", declaró Franco
al concluir el partido. "Me encanta el juego, el olor de la hierba y
escuchar el sonido del bate cuando hace contacto con la pelota".
Por su parte, los jóvenes peloteros de los Cats se
mostraron impresionados por la forma como jugó Franco y el poder físico
que todavía posee a pesar de la edad que tiene.
El receptor de los Cats, Topher Scheeler, dijo que tenía problemas a la hora de poderse creer lo que estaba viendo y viviendo.
"Es surrealista", declaró Scheeler. "Este es el
día más grande de mi vida. Sólo estar aquí, tenerlo aquí, su experiencia
y todo. Este es un sueño hecho realidad".
Por su pate, Mike Marshall, un exlanzador de
Grandes Ligas, que dirige a los Cats y le lanzó a Franco en la práctica
de bateo admitió que fue como si se hubiese transportado al pasado.
"Era como si estuviese en el túnel del tiempo, en
los años 80, no ha cambiado nada", señaló Marshall. "El mismo
movimiento, manejo del bate, los músculos, y la manera como sale la
pelota cuando le hace contacto".
Franco reiteró que su puesto está en el diamante,
no es hombre de oficina y su meta será llegar a ser entrenador y luego
piloto en las Grandes Ligas.
"Creo que puedo ayudar a desarrollar a los
jugadores jóvenes y es como me siento feliz, no metido en una oficina de
cualquier organización", agregó Franco. "Además también puedo seguir
viendo la televisión en casa, ir a jugar al golf y a pescar".EFE
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