Tras quedar acéfala por el escándalo de corrupción que sacudió al fútbol mundial, la CONCACAF se apresta a elegir a un nuevo presidente el jueves durante una asamblea que se realizará en la capital mexicana.
El canadiense Víctor Montagliani y el bermudeño Larry Mussenden son los únicos candidatos al puesto que quedó vacío tras el arresto del hondureño Alfredo Hawit, quien era presidente interino cuando fue arrestado en Suiza en diciembre del año pasado por cargos de corrupción.
Luego fue extraditado a Estados Unidos.
Hawit, un ex vicepresidente de FIFA, aceptó que se confabuló con otros dirigentes para otorgar los derechos de comercialización a empresas en la Florida y Argentina a cambio de sobornos pagaderos en cuentas bancarias que él y su familia controlaban en Panamá y Honduras.
Hawit sólo dirigió a la CONCACAF entre junio y el 3 de diciembre de 2015, ya que había relevado a Jeffrey Webb, de las Islas Caimán, quien también se declaró culpable de corrupción y actualmente espera sentencia en Georgia, Estados Unidos.
Webb fue el primero de siete altos funcionarios de la FIFA detenidos en Zúrich el 27 de mayo de 2015 que se presentó ante la justicia federal de Nueva York, tras aceptar ser extraditado en julio del año pasado.
Días después del arresto de Hawit, el comité ejecutivo de la CONCACAF anunció la decisión de designar a un presidente interino para esperar al congreso que se realizará en un hotel de la capital y donde los 41 países que integran el organismo elegirán al que será el octavo presidente desde que se creó el organismo en 1961.
“Dada su situación actual, el Comité Ejecutivo concluyó que es fundamental que el próximo presidente de la Confederación sea determinado a través de una elección pública y del escrutinio que esto conlleva”, indicó la CONCACAF en el comunicado.
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