Época especial del año en que celebramos el nacimiento del Mesías, el redentor y único que lo puede todo. Es tiempo de paz, arrepentimiento, curar heridas, olvidar rencores, amar y saber perdonar a quienes nos han ofendido, blasfemado, maltratado, injuriado, inventores de mentiras para tratar de ganar unos chelitos o una botella de ron, recibir favores inmerecidos. A éstos se les llama gemelos de Judas y Caifás.
Navidad, propicia ocasión para alabar a quien nació en un pesebre, tuvo que huir y esconderse junto a su madre María, fue apresado, azotado, injuriado, dijo tengo sed y en vez de agua le dieron vinagre. No se le permitió en el juicio un defensor, aunque uno de los juzgadores del Sanedrín, que era un tribunal de los antiguos judíos de Jerusalén integrado por sacerdotes, escribas y ancianos que juzgaban imperativo deber de muerte, entre ellos tenían 30 personas que debían uno de sus miembros defender a Jesús el inocente.
Esos juzgadores ordenaron que fuera crucificado y muerto, y a los tres días Jesucristo resucitó.
Mañana 24 es Nochebuena, y pasado mañana 25 es la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, que la mayoría de la humanidad festeja con fervorosa religiosidad.
Ojalá todos lo que podamos hacer algo por los necesitados, los pobres, marginados y enfermos de nuestro país, lo hagamos y, en Nochebuena, como infinita tradición, ofrezcamos de nuestra cena, alimentos para los que no tienen, padeciendo hambre y sufrimiento y el 25, quienes puedan ofrezcan al verdadero vecino y al allegado, ropas y zapatos, así visitar enfermos y amigos que estén en cárceles e ir al cementerio, ofreciendo una oración por nuestros familiares y algunos fallecidos que casi siempre recordamos.
El gran Charles Chaplin escribió este llamado de tolerancia: “Me gustaría ayudar a todo el mundo si fuese posible, a los negros y a los blancos, a los judíos y a los gentiles. La vida puede ser libre y bella, pero necesitamos humanidad antes que máquinas, bondad y dulzura antes que inteligencia”.
Luchemos por abolir las barreras entre las naciones. Las nubes se disipan, el sol asoma, surgimos de las tinieblas a la luz, penetramos a un mundo en el que los hombres veneran su capacidad.
Que las guerras desaparezcan, también la delincuencia y la violencia, así el hambre, las injusticias, que el hombre sea más sencillo y humilde, y Jesús traiga a este mundo mucha paz, consuelo, reciprocidad y nuevas esperanzas y que el sol brille para todos, bajo las emotivas estrofas de F. Gronbot. La más bella de las creaciones navideñas: “Noche de paz, noche de amor / todo duerme en derredor/ entre los astros que esparcen su luz,/bella anunciando al niñito Jesús,/ brilla la estrella de paz…”.
Nuestra convicción que los acontecimientos y milagros gloriosos y obras realizadas por Jesús son: uno, su nacimiento y dos muerte y crucifixión, tres la resurrección y el juicio a Jesús.
Felicidades al pueblo dominicano en esta Navidad y siempre.
Tomado de EL NACIONAL, POR Lic. Angel Cabrera Sanchez.
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